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La OBC presenta un viaje por las danzas de Maurice Ravel. La Bella Durmiente, Pulgarcito, la Bella y la Bestia y otros personajes de los cuentos de hadas de Charles Perrault son los protagonistas del ballet Ma mère l'oye, una puerta abierta a un mundo encantado y lleno de magia que sirve como punto de partida para un trabajo coreográfico sobre el escenario. La sensibilidad de Ravel capta magistralmente el universo de la fantasía: unas danzas libres, vivas y llenas de color que muestran la cara más tierna de un compositor fascinado por la infancia.
Los cuentos infantiles que Charles Perrault recogió en Les Contes de ma mère l’Oye (Cuentos de Mamá Ganso) reúnen temas universales y figuras arquetípicas que han alimentado la imaginación de generaciones. A partir de ellos, Maurice Ravel construye un universo sonoro de proyección plástica. Obra originalmente para piano a cuatro manos, Ravel posteriormente la convirtió en un ballet y le confirió unidad narrativa, añadiéndole un preludio, una escena y cuatro interludios. El compositor francés hace bailar a la orquesta y, con un dominio magistral de sus recursos, retrata con la música escenas y situaciones fascinantes. Un trabajo que, como reconocía en sus memorias, le condujo a desnudar su escritura para evocar la poesía de la infancia. Tras un preludio y una danza de la rueca (Danse du rouet) que nos trasladan a un espacio mágico, abre el cuadro musical una pavana con la Bella durmiente en el bosque. Le seguirán una conversación y una danza entre la Bella y la Bestia, el paseo de Pulgarcito, el viaje a un Oriente soñado para conocer a la Emperatriz de las Pagodas y, finalmente, un jardín encantado. Maravillosa evocación musical de cada cuento, conserva su personalidad sin abandonar nunca el hilo narrativo desde el principio hasta el final. Un siglo después, sigue siendo una joya de la música francesa de todos los tiempos, fantástica puerta de entrada a la orquesta para todas las edades.
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